Emociona oir decir a un joven brotándole del fondo de su corazón: «Yo quiero aprender», cuando en nuestra realidad diaria de España tenemos problemas con la motivación de nuestros jóvenes estudiantes.
El derecho a la educación que pensamos que es un derecho conseguido y normal para la infancia y la juventud está muy lejos de ser una realidad en esta zona indígena del Kiché por falta de recursos económicos o por realidades culturales en relación con la mujer.
Son muchos los jóvenes que como Mauricio tienen que compaginar estudios y trabajos impropios de jóvenes y muy mal pagados, para poder adquirir una formación.
Mauricio a encontrado un oasis en el el ITEC, donde maestros y hermanos maristas se preocupan con cariño por su formación y les está muy agradecido, así como a la ONGD SED que desde España paga sus estudios con una beca.
¡Tu también puedes colaborar, becando a uno de estos jóvenes!
Antonio Tejedor, voluntario de SED